Unos arcos, una farola y una ventana son el decorao del tablao flamenco de más fama y a todo esto se les unen los artistas, que lo convierten en un escenario de película.
Entre palacios y callejones estrechos existe una plazita que vibra con sólo un taconeo, una voz y el rajar de una guitarra le acompañan, bajo la constelación de Orión, donde dicen que viven los ángeles que sintonizan y escuchan todo lo que sucede en Arcos a través de su círculo mágico. Sí... es así, la plaza del Cananeo tiene también magia y si no lo creéis, preguntad por su duende, el duende que todo flamenco sabe que existe y que aquí te sale al paso sin siquiera buscarlo. Juan Luis y Nieves mantienen viva la llama del flamenco, aliñando sus platos y sus vinos con los mejores artistas de este noble arte.
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