José María Pérez Gómez
Un mundo vacío, atrapado en una frecuencia de radio para escépticos, con calles abandonadas y gentes sin recuerdos… En los mausoleos no quedan muertos, cenizas, ni restos, porque estas son las inquebrantables líneas del tiempo.
Algunas cosas tienen alma y en esto consiste la magia. Por más que nos empeñemos en abandonarlas, terminan resurgiendo, siempre habrá un loco que las reivindique, que las investigue… o que no las olvide y es entonces cuando lo que parece inerte, cobra vida.
En las ruinas está escrito nuestro pasado, son testigos de lo que fuimos y estudiándolas, cuando en el camino de la vida, nos encontremos una bifurcación, podremos acertar hacia donde debemos ir.
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