sábado, 12 de mayo de 2018

Solo ante el peligro

En el nº 7 de la calle Guadalete de Puerto Serrano, se pueden ver las marcas de una batalla vecinal
José María Pérez Gómez

Cuentos del alma

Agujeros y marcas de machete en la puerta
   A veces querer parar una tragedia no es suficiente, hay que actuar con eficacia y con medios, para no lamentarnos, pero estás sólo y aunque lo cuentas, ves que no te hacen caso, crees que sólo tu sabes lo que está pasando.

  Cuando haces un trabajo peligroso y sólo tu lo sabes, cuando tienes que entregar unas cartas y notificaciones, a gente que odia a gente, cuando ves una puerta agujerada y marcada con un machete, evidencia de una brutal pelea... No te puedes quedar paralizado, miras hacia uno y otro lado, respiras y te pones en guardia, actúas lo mejor que puedes, realizando el trabajo con una sonrisa, apartando tus miedos y evitando ponerte nervioso.

   Todo ha salido bien, pero cuando regresas a la oficina, te entran ganas de gritarle al jefe, de pegar un puñetazo en la mesa y tus pensamientos no son nada positivos, sientes impotencia, porque nadie ve lo que tu y cuando lo cuentas, sabes que las reacciones van a ser muy distintas a la tuya, se ríen, pero nadie se ha atrevido a acompañarte, te han dejado "solo ante el peligro", eres el forastero, el notificador, es tu trabajo y nadie va a sustituirte.

   En Puerto Serrano, dos familias se odian a muerte, "Los Demonios" no pueden ver a "Los Ratones" y viceversa, es tanto el odio, que la Benemérita acompaña a una de ellas a la entrada y salida de sus hijos a los colegios, para evitar que ocurra un acto violento, delante de los menores.

   Los vecinos están hartos de que el pueblo sólo salga en los medios de comunicación por actos violentos, y tienen sentimientos de culpa, vergüenza que por gente así sea conocido el municipio. Pero si no lo sacamos a la luz, lo que tenemos es un cáncer que nos comerá poco a poco.

   Hace muy poco me vi envuelto en otra tragedia... Me enviaron a una casa a entregar una notificación que obligaba a los herederos a adecentarla, pues los vecinos se quejaban de los olores y del mal estado del inmueble. Cuando llegué, enseguida me di cuenta que no había ni puertas y cuando estaba a punto de irme, escuché que dentro había alguien y como soy así de inquieto decidí entrar, encontrándome allí a un señor, comiendo en cuclillas en un tupperware, el hombre se descompuso y se puso a llorar cuando le ley el contenido, conmoviendo mi corazón, así que le dije que no se preocupara, que yo mismo iba a abrir una diligencia para ayudarle y en aquel documento escribí que ese hombre necesitaba ayuda urgentemente.

    Interrumpí las notificaciones y me fui directamente al Consistorio y le expuse lo que ocurría al compañero que me entregó el documento, haciéndole saber que ese hombre se podría morir de frío... y pegándome una palmada en la mesa, conmovido igual que yo, me dijo que se lo dijera al alcalde y después de comunicarlo me dijeron que habría que decirlo en Servicios Sociales, lo que también hice en persona, pero allí la urgencia se convirtió en trabas, me dijeron que era más fácil que la familia lo ingresara en un centro, porque éste señor, no quería ayudas y que ellas lo habían intentado... 

     Me quedé tranquilo porque creí que había cumplido y el problema ahora estaba en otro tejado, no fue suficiente, en menos de un mes se encontró a este hombre muerto en su domicilio, en la calle Magdalena. A Pepe Luis Cuevas y a mí se nos revolvieron las tripas, porque el hombre murió como un perro. Después me enteré que hasta la Policía Local, también había hecho informes parecidos al mío.

       A veces siento rabia, porque sé que querer, no siempre es suficiente. Si no lo remediamos, si no actuamos más pronto que tarde, lamentaremos otra tragedia. Desde el Ayuntamiento quieren actuar con un plan especial para desarrollar a una de las calles más atrasadas de Europa, la calle Guadalete es todavía hoy, una zona donde un porcentaje alto no saben ni leer, ni escribir, donde hay buena gente, pero también algunos, no lo son tanto...

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